El voluntariado corporativo es una estrategia que puede ser muy enriquecedora para las empresas y la sociedad en general. Es una forma de responsabilidad social que involucra a los colaboradores de una empresa en la realización de actividades solidarias y altruistas, con el apoyo y el compromiso de la organización. Esta práctica es una estrategia para promover una ciudadanía corporativa comprometida, con ética y responsable con su entorno. A su vez, genera beneficios tanto para la comunidad como para la empresa, ya que contribuye al desarrollo sostenible, al fortalecimiento de la cohesión social y al bienestar del clima laboral y la reputación corporativa.
Según el Estudio de Voluntariado Corporativo en las Empresas, realizado por Voluntare el 2020, el voluntariado corporativo está consolidado en todo el mundo desde hace años, siguiendo un proceso que ha evolucionado a distintos ritmos. En América Latina, el 40 % de las empresas ha creado sus programas de voluntariado corporativo en los últimos cinco años y se evidencia, cada vez más, una mayor alineación de los programas de voluntariado hacia los objetivos de negocio, aportando un mayor valor estratégico e impacto en la compañía.
En el contexto peruano, el voluntariado corporativo se ha vuelto muy relevante en los últimos años, especialmente en el marco de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Según el estudio Voluntariado Corporativo en el Perú, realizado por la Asociación de Empresas Privadas para el Desarrollo Social (ADES) y la Universidad del Pacífico, el 69 % de las empresas encuestadas cuenta con programas de voluntariado corporativo y el 88 % considera que esta práctica aporta al cumplimiento de los ODS.
Por otro lado, cada vez más empresas combinan sus programas de voluntariado con campañas de recaudación de fondos entre sus colaboradores, buscando alinear sus intervenciones en función de las temáticas priorizadas y sus zonas de influencia corporativa. Se trata de buscar la mayor integración del voluntariado en el marco de las estrategias de sostenibilidad e inversión en la comunidad y no como algo al margen y ajeno.
Un ejemplo destacado donde se implementa el voluntariado corporativo es en el proyecto Niñas con Oportunidades, diseñado y ejecutado por CARE Perú desde hace 7 años. Este proyecto tiene como objetivo que niñas y adolescentes de zonas rurales y vulnerables del Perú culminen su educación secundaria en un ambiente de bienestar, libre de estereotipos de género que puedan limitar sus trayectorias educativas fortalecidas en habilidades socioemocionales, educación sexual integral y educación financiera, para hacer realidad sus proyectos de vida.
Empresas como Cummins Perú, Overall, Grupo Aramburú, KPMG, Diners, Crediscotia, Scotiabank, LHH, ALAC OHH, entre otras, apoyan a la sostenibilidad del proyecto Niñas con Oportunidades a través de diversas acciones. Una de ellas es la experiencia del voluntariado corporativo, que se lleva a cabo tanto de manera virtual como presencial. Estas actividades incluyen mentorías inspiracionales y vocacionales, diseño de procesos creativos con muralizaciones donde se plasma parte de lo aprendido en el proyecto, visitas guiadas a empresas y asesorías para gestionar estrategias que puedan contribuir a la sostenibilidad de las ideas de negocios de las estudiantes.
Aunque venimos avanzando, todavía nos queda mucho por hacer para consolidar esta práctica en nuestro país. Para ello, se requiere la participación de todos los actores involucrados: empresas, organizaciones sociales, colaboradores, participantes de los proyectos y autoridades. El voluntariado corporativo representa una oportunidad única para generar valor compartido, transformar realidades y construir un mundo más justo y solidario, generando un triple impacto positivo: en los voluntarios, en la empresa y en la comunidad.