Hoy, en el Día Mundial de la Alimentación, reflexionamos sobre la crítica situación de los sistemas alimentarios en un contexto global donde aproximadamente 735 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria severa, según el reciente reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Esta problemática se ha intensificado por el aumento de los conflictos geopolíticos, especialmente en Medio Oriente, que han afectado el comercio global y, por ende, las economías de países como el nuestro. A esto se suman los efectos adversos del cambio climático, que impactan directamente en la agricultura familiar y en la disponibilidad de alimentos, agravando las desigualdades de género y la inestabilidad de los sistemas alimentarios, especialmente en las zonas rurales.
En CARE Perú, a través de nuestro marco programático global de Derecho a la Alimentación, Agua y Nutrición, trabajamos para asegurar que las personas tengan acceso a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para una vida sana y activa. En este día tan importante, queremos destacar el papel esencial de las mujeres en el desarrollo y sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios, así como los enormes desafíos que enfrentan. Estas mujeres son las garantes de la seguridad alimentaria de millones de familias urbanas y rurales, pero, lamentablemente, deben cargar con una doble o triple jornada laboral debido a los estereotipos de género. Su trabajo dentro del hogar no es valorado, y a esto se suman sus responsabilidades productivas y comunitarias.
En muchos casos, son las mujeres quienes reducen la cantidad o calidad de los alimentos que consumen, debido al mandato social de priorizar el bienestar de los demás antes que el suyo propio. Por ello, desde CARE Perú, intensificamos nuestras estrategias de corresponsabilidad familiar y social, promoviendo un uso más equitativo y responsable del tiempo de las mujeres.
Algunas de las protagonistas de este esfuerzo, como Mariela Contreras, criadora de cuyes y participante del proyecto Próspera en Ica, nos comparten sus experiencias:
“Yo les recomiendo a otras mujeres dedicarse a criar animales menores porque es una fuente segura de ingresos y alimentación. La carne de cuy tiene propiedades nutritivas y mejora nuestra salud.”
Carmen Ronceros, criadora de gallinas y también participante del proyecto “Próspera” en Lima, añade:
“Criar animales como gallinas de postura es un negocio muy rentable. Viene gente desde distintas partes de Lima a preguntar por nuestros productos y pagan buen precio. Además, son las mismas gallinas y huevos los que usamos para alimentar a nuestras hijas, hijos, nietas y nietos.”
Desde CARE Perú, hacemos un llamado a la acción para enfrentar la creciente crisis alimentaria. Abogamos por una mayor inversión gubernamental e internacional con una visión de largo plazo que garantice la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, impulsando la agricultura y ganadería de pequeña escala. Nuestros proyectos agropecuarios y las iniciativas de seguridad alimentaria en las zonas norte y centro del país se alinean con las prioridades programáticas de la Agenda 2030, y continuamos sumando esfuerzos para erradicar el hambre y la inseguridad alimentaria en el Perú, fomentando un desarrollo agrícola sensible a la nutrición, resiliente y ambientalmente sostenible.