El escenario que la pandemia por el COVID-19 presentó en el pico de su brote fue similar en muchos lugares del mundo: compras compulsivas y desabastecimiento de productos de primera necesidad en los supermercados. Estas situaciones, junto a las interrupciones en las cadenas de suministro y las medidas de cuarentena, provocaron un gran desperdicio de alimentos a nivel global.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada año, cerca de la tercera parte de los alimentos que producimos en el mundo se pierde o se desperdicia. En los países en desarrollo, un 40% de las pérdidas ocurre en las etapas después de la cosecha y procesamiento. Mientras que, en los países industrializados, el mismo porcentaje se desperdicia por los comercios minoristas y el consumidor, quienes tiran los alimentos que no son vendidos o consumidos.
El impacto que ocasiona la pérdida y el desperdicio de alimentos afecta al medio ambiente, así como a la seguridad alimentaria mundial. Con los alimentos que se pierden en América Latina y el Caribe, sólo a nivel de la venta, se podría alimentar a más de 30 millones de personas.
A través del proyecto Ella Alimenta al Mundo, desarrollado por PepsiCo y CARE, venimos contribuimos a la seguridad alimentaria y nutricional desde antes de la emergencia. Trabajamos junto a mujeres agricultoras, con el objetivo de que incrementen sus ingresos, produzcan cosechas más resistentes y sostenibles, y amplíen su acceso a oportunidades comerciales y de mejor nutrición para sus familias y comunidades.
De este modo, las mujeres beneficiadas pueden acceder a recursos para aumentar su producción, incluidos los derechos sobre la tierra, el financiamiento y los insumos agrícolas para acceder a nuevos mercados y desarrollar nuevas habilidades y técnicas de producción, contribuyendo al aprovechamiento de subproductos de la industria alimentaria.
Uno de los casos de éxito del proyecto es el de Martha Socola, presidenta de la Asociación de Mujeres Emprendedoras de Salitral. La emprendedora piurana vio una oportunidad de negocio en su localidad para elaborar distintos productos a base del banano que era desechado.
“En Salitral hay una sobreproducción de banano que se desperdicia, por eso, decidimos capacitarnos para aprovechar todo el fruto. Así lanzamos nuestro producto ‘Banana Mix’, con el cual producimos mermeladas y jaleas orgánicas a base de banano, con mango ciruelo, tamarindo y maracuyá. Además, elaboramos postres, como alfajores y tortas de harina de banano”, señala Martha.
Al igual que Martha, muchas mujeres productoras de pequeña escala han emprendido nuevos negocios que les han permitido aumentar sus ingresos económicos y su producción, gracias a las oportunidades de desarrollo sostenible que ofrece el proyecto.
Desde CARE Perú, continuaremos desarrollando iniciativas para empoderar a las mujeres agricultoras que contribuyan a la seguridad alimentaria de las familias y comunidades en situación de vulnerabilidad .
La educación representa la base para el desarrollo sostenible en nuestro país. Súmate al proyecto Niñas con Oportunidades y ayúdanos a que miles de niñas culminen la secundaria a edad oportuna y con una educación de calidad. Dona en: https://www.care.org.pe/donar.php