Aunque en el país existen más de 1,3 millones de mypes lideradas por mujeres, aún enfrentan más barreras para desarrollar sus negocios, en comparación con los hombres. Repasamos cuatro obstáculos que les dificultan impulsar su potencial.
Las mujeres son parte fundamental del desarrollo económico y social del país; sin embargo, tienen que enfrentar diversos obstáculos en su vida diaria relacionados con las disparidades de género, principalmente en ámbitos como la salud, el empoderamiento y el mercado laboral. Sobre este último, Perú ocupa el cuarto lugar en América Latina con la mayor brecha de género en el mercado laboral, según un estudio realizado por la EAE Business School de España.
Ahora bien, en el contexto de crisis por la pandemia, las desigualdades ya existentes se han profundizado. En ese sentido, el documento “Impactos de la epidemia del coronavirus en el trabajo de las mujeres en el Perú”, desarrollado por el Ministerio de la Mujer y el PNUD resalta que las mujeres han resultado más afectadas por los efectos de la crisis sanitaria, no solo porque suelen ubicarse en los sectores más golpeados como el comercio y los servicios, sino también porque tienen menores tasas de ocupación y están sobrerrepresentadas en el trabajo a tiempo parcial, el autoempleo y la informalidad.
Obstáculos que enfrentan las mujeres al iniciar un negocio
Si hablamos de emprender un negocio, en el Perú las mujeres (22.5%) reportan tasas de emprendimiento en micro y pequeñas empresas (mypes) más altas que los hombres (21.9%), según la Asociación Peruana de Capital Semilla y Emprendedor (PECAP). Además, datos del Ministerio de la Producción indican que, en el Perú, existen más de 1,3 millones de mypes lideradas por mujeres que generan 4.8 millones de puestos laborales.
A pesar de su importancia para la generación de empleo y para el desarrollo del país, las mypes lideradas por mujeres tienen que enfrentar más barreras que los hombres para desarrollar sus negocios. A continuación, repasamos cuatro obstáculos que siguen impidiendo que las mujeres empresarias desarrollen todo su potencial:
1) Falta de financiamiento e inclusión financiera
Esta es una de las principales barreras, junto con las altas tasas de interés en el crédito. Tal como menciona Jack Burga, líder del proyecto Ignite en Perú, las emprendedoras tienen un ecosistema que no les favorece. “El acceso al crédito se podría decir que es igualitario, hombres y mujeres acceden al crédito; sin embargo, la “trampa” está en el tamaño del mismo, los varones reciben 3 veces más crédito que las mujeres”, subraya.
Sumado a esto, otro problema es la falta de inclusión financiera. De acuerdo con datos del documento “Perú: Brechas de Género, 2020” desarrollado por el INEI, en el año 2019, solo el 41,3 % de las mujeres participaba del sistema financiero formal y solo el 39,9 % tenía una cuenta de ahorros, ambas cifras menores que en el caso de los hombres. Ante esta realidad, las mujeres empresarias suelen pedir préstamos a amigos o conocidos y, en muchos casos, usan sus propios ahorros para impulsar sus negocios.
2) Escaso acceso a formación empresarial
Las mujeres que deciden emprender tienen un escaso acceso a formación empresarial eficaz. Solo el 14,4 % de microempresas conducidas por mujeres cuentan con capacitación en gestión empresarial, según cifras del Ministerio de la Producción. En esa línea, Jack Burga comenta que “también existen inequidades en el acceso a los servicios de información y de capacitación. Las mujeres reciben 3 veces y hasta 4 veces menos opciones para formarse y para recibir asistencia técnica, en comparación con las empresas dirigidas por varones”.
3) Estereotipos de género en puestos de liderazgo
Tal como resalta Susana Osorio, especialista en género de CARE Perú, una de las barreras tiene que ver con los estereotipos de las mujeres en puestos de liderazgo. “Los estereotipos construyen a las mujeres dentro de esta narrativa como personas hipersensibles que no tienen capacidad de liderar o que toman decisiones de manera irracional guiadas por sus emociones, más que por elementos objetivos y eso no necesariamente es así”, subraya.
Un estudio del Peterson Institute for International Economics señala que las empresas que tienen más mujeres en puestos de mando son más rentables. Sobre esto, la especialista comenta que “las mujeres no solo somos emprendedoras, sino también consumidoras por excelencia porque nos encargamos de una gama diversa de satisfacción de necesidades en cuanto al interés, como para las necesidades del hogar. Entonces, la mirada de la mujer dentro de las empresas también aporta significativamente y ese aporte o valor agregado muchas veces es invisibilizado”.
4) Falta de tiempo por trabajo familiar no remunerado
Otro de los obstáculos es que las mujeres suelen dividir su tiempo entre su empresa y el trabajo familiar que, debido a los estereotipos de género, suele recaer más en ellas. Según el INEI, las mujeres dedican poco más de 23 horas más que los hombres al trabajo doméstico no remunerado, el cual incluye los quehaceres domésticos y el cuidado de niños, ancianos o familiares enfermos. A su vez, datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) resaltan que las mujeres en el mundo realizan el 76,2 por ciento de todo el trabajo de cuidados no remunerado, dedicándole 3,2 veces más tiempo que los hombres.
Para Susana Osorio, esta es una de las barreras centrales. “Tienes que compatibilizar tus actividades productivas que generan ingresos con aquellas que están vinculadas al cuidado de otras personas o al mantenimiento del hogar, entre otras cosas. Eso sí afecta mucho a la capacidad que tienen las mujeres en invertir no solamente tiempo en cantidad, sino también de calidad porque afecta su tiempo de descanso, de capacitación, de educación”, comenta.
En CARE Perú queremos contribuir a equilibrar el ecosistema emprendedor y aportar a que más emprendedoras tengan acceso a herramientas digitales, productos financieros a medida y a redes de contacto para hacer crecer sus negocios. Por esta razón, con la colaboración del Centro Mastercard para el crecimiento inclusivo, venimos trabajando en la iniciativa Ignite, que se enfoca en desarrollar integralmente el potencial de mujeres microempresarias y busca contribuir a una economía resiliente e inclusiva.
El proyecto se centra en negocios con menos de 10 empleados que han estado activos durante al menos dos años. Así, busca alcanzar a casi 1 millón de emprendedores y emprendedoras y acelerar el crecimiento de 36 000 empresas, impactando también en los empleados y familiares. De esta manera, reafirmamos nuestro compromiso por la inclusión financiera y el apoyo integral a micro y pequeñas empresas, principalmente, a aquellas dirigidas por mujeres, quienes aún enfrentan decenas de obstáculos para desarrollar todo su potencial.