A través del proyecto Paisajes Amazónicos Vivos, los pueblos indígenas que habitan las Reservas Comunales vienen fortaleciendo sus capacidades para conservar y hacer un uso sostenible de más de 5 millones de hectáreas de bosques.
La Amazonía enfrenta día a día múltiples amenazas como la deforestación y el cambio climático. Los pueblos indígenas que habitan estos ecosistemas vienen demostrando que es posible hacerle frente a estos desafíos usando sus conocimientos ancestrales y formas de organización tradicional.
A través de las Reservas Comunales, estos pueblos conservan millones de hectáreas de bosques que proveen vida, alimentos y bienestar no solo a sus comunidades, sino también al planeta entero. Estas Áreas Naturales Protegidas (ANP) tienen como objetivo conservar la flora y fauna silvestre, asegurando que las poblaciones locales y comunidades nativas puedan aprovechar de manera sostenible los recursos del área.
Las Reservas Comunales se administran bajo un modelo de cogestión, en el que los pueblos indígenas, representados por un Ejecutor del Contrato de Administración (ECA) trabajan de la mano con el Estado peruano, a través del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP). Este modelo garantiza la participación plena y efectiva de las comunidades indígenas en la toma de decisiones sobre su territorio.
Desde el proyecto Paisajes Amazónicos Vivos se promueve el fortalecimiento de este modelo de cogestión, especialmente a las ECA, para contribuir a la conservación de los paisajes amazónicos ya que son esenciales en la lucha contra el cambio climático, para la mejora de los medios de vida locales y para el futuro del planeta. Como parte de las acciones priorizadas, se desarrollan actividades de conservación de ecosistemas amazónicos, promoción de cadenas de valor sostenibles basadas en la biodiversidad local, fortalecimiento de la gobernanza local y gestión del conocimiento tanto científico como ancestral.
De esta forma se fortalecen capacidades organizativas y técnicas para que los pueblos indígenas puedan seguir protegiendo los bosques, adaptarse al cambio climático y construir alternativas sostenibles desde su propia visión de desarrollo, conectando saberes ancestrales con soluciones basadas en la naturaleza.
El proyecto se desarrolla en las 10 Reservas Comunales del país, ubicadas en Amazonas, Loreto, Ucayali, Madre de Dios, Junín, Pasco, Huánuco y Cusco. Desde el 2024 hasta el 2029 el proyecto también contribuirá con las metas climáticas nacionales (NDC) y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
Este esfuerzo es posible gracias al trabajo conjunto del consorcio conformado por la Asociación Nacional de los Ejecutores de Contratos de Administración de las Reservas Comunales del Perú (ANECAP), Desarrollo Rural Sustentable (DRIS), la Sociedad Zoológica de Frankfurt (FZS Peru) y CARE Perú, con el apoyo técnico y financiero de la iniciativa Internacional Climática (IKI) del gobierno alemán. Se cuenta también con el apoyo del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) como socio estratégico.
Para Fermín Chimatani, presidente ANECAP, “el proyecto es una oportunidad para seguir fortaleciendo el modelo de cogestión, que representa una alianza entre el Estado y los pueblos indígenas basada en el respeto, la corresponsabilidad y en el reconocimiento de nuestra capacidad de gobernar nuestros territorios y conservar nuestros bosques”.
Asimismo, Rosa Morales, gerenta del Programa de Cambio Climático, Amazonía y Recursos Hídricos de CARE Perú, sostiene que “ante los desafíos climáticos que enfrenta la Amazonía, es clave reconocer el aporte de mujeres y hombres indígenas en la creación de soluciones sostenibles que contribuyan a conservar los bosques y mejorar los medios de vida de sus comunidades. Al visibilizar el vínculo profundo entre las personas y la naturaleza, se promueve el bienestar local, nacional y global”.

Paisajes Amazónicos Vivos representa una oportunidad para que los pueblos indígenas fortalezcan su capacidad de resiliencia y contribuyan a las metas climáticas nacionales, aportando a las políticas públicas y generando evidencias concretas para un mejor futuro.