Las mujeres merecen un futuro igualitario, con igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades.

La igualdad de género no puede esperar

La igualdad no significa que ambos sean lo mismo, sino que los derechos, responsabilidades y oportunidades no dependen del sexo con el que nacieron.

Si bien en las últimas décadas fuimos testigos de un progreso notable en materia de igualdad, las crisis humanitarias nuevas y exploradas, la emergencia climática y la COVID-19 han exacerbado la desigualdad de género en todo el mundo y de forma particular en nuestro país.

La igualdad de género implica que mujeres y hombres, tengan los mismos derechos, responsabilidades y oportunidades. La igualdad no significa que ambos sean lo mismo, sino que los derechos, responsabilidades y oportunidades no dependen del sexo con el que nacieron. Implica también que se reconozca la diversidad de los diferentes grupos de mujeres y de hombres.

Para la CEPAL (2021) , 118 millones de mujeres latinoamericanas se encontrarían en situación de pobreza, 23 millones más que en 2019. Ello debido a que más mujeres que hombres perdieron sus empleos durante la pandemia. En la región, la tasa de participación laboral de las mujeres se situó en 46% en 2020, mientras que la de los hombres en 69% (6% menos que en el 2019) y la tasa de desocupación de las mujeres llegó al 12% en 2020, la contundente salida de mujeres de la fuerza laboral se debió a la necesidad de atender las demandas de cuidados en sus hogares. En el Perú, el 82% de los hogares peruanos son las mujeres las que asumen la mayor parte de las tareas domésticas y de cuidado (Flora Tristán/IEP, 2021).

Con el desempleo y la falta de ingresos, las mujeres han perdido también la protección laboral y protección social, obligándolas a aceptar empleo a tiempo parcial y trabajos informales (precario y de baja remuneración), lo cual afecta su autonomía económica, su vulnerabilidad social y su falta de participación política, por citar algunos ámbitos relevantes.

Asimismo, las mujeres han visto disminuido su acceso a la anticoncepción y a la atención pre y postnatal debido a la saturación de los servicios de salud. Esto aumentó los embarazos adolescentes y los embarazos no deseados. En el 2021, a nivel nacional, el MINSA registró 1 436 nacimientos en niñas menores de 14 años y 7 nacimientos en niñas menores de 10 años, de un total de 49 498 nacimientos cuyas madres tenían el rango de edad de 0 a 19 años, incrementando de nuevo (como ha sucedido en otras pandemias) su vulnerabilidad social y su precariedad económica.

La pandemia tampoco ha librado a las mujeres y niñas de vivir situaciones de violencia en el espacio público y privado. De los 14 083 311 casos de violencia contra mujeres atendidos por los CEM, 35 949 tuvieron como víctimas a 35 949 niñas y adolescentes de 0 a 17 años; y de los 52 104 casos de violencia que tuvieron como víctimas a niñas, niños y adolescentes, 15 634 fueron casos de violencia sexual.

Este innegable retroceso, lejos de desalentarnos, nos motiva a seguir promoviendo la agencia de las mujeres y las niñas para que tomen medidas para el cambio, así como buscar corregir las relaciones de género desiguales, particularmente en la toma de decisiones, y a lograr un cambio estructural profundo, a través de la implementación de políticas y prácticas de igualdad de género.

Por eso, en el Día Internacional de la Mujer (08 de marzo), fecha en la que se reconoce los logros de las mujeres de todo el mundo, sin tener en cuenta sus diferencias, así como de visibilizar la enorme tarea hacia el camino de la igualdad real, CARE Perú renueva su compromiso para incrementar el apoyo a los derechos y la participación de las mujeres en todas las esferas de la sociedad.

De esta manera, lo hacemos retomando la campaña “También es de mujeres”, la cual reflexiona sobre los progresos alcanzados y resalta el liderazgo de mujeres en sus comunidades y en diferentes ámbitos de la sociedad, a través de los más de 20 proyectos que CARE Perú ejecuta en todo el país.

Desde CARE Perú hemos colocado la igualdad de género, incluida la voz y el liderazgo de las mujeres, en el centro de nuestra Visión 2030. Esto está en línea con la agenda global 2030 para el desarrollo sostenible, así como con marcos globales como la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. En ese sentido, la comunidad internacional se ha comprometido a lograr la igualdad de género, no solo como una cuestión de derechos humanos sino como la base para un “mundo pacífico, próspero y sostenible”. Es, por tanto, una estrategia de respuesta efectiva a la superación de las desigualdades.

A través de nuestras intervenciones y respuestas, buscamos i) potenciar la autonomía de las niñas y mujeres, fortaleciendo sus habilidades blandas, educativas y productivas, ii) abordar los impactos diferenciados de los roles y mandatos de género y iii) transformar esas estructuras hacia una sociedad más igualitaria, que reconozca el poder y la importancia de las voces y liderazgos de las mujeres.

Desarrollo e inclusión económica de la mujer, seguridad alimentaria y nutrición

Mujeres trabajadoras: Testimonios de empoderamiento económico de las mujeres

Comprender la contribución del trabajo de las mujeres y el aporte económico que esto significa en diferentes sectores de la sociedad es clave para abrir el diálogo sobre la igualdad de oportunidades y responsabilidades que se distribuye en los entornos familiares y laborales. El 8 de marzo es una fecha que nos invita reflexionar cuanto hemos avanzado en temas de igualdad para mujeres y hombres en diferentes sectores de nuestra sociedad.

Desde CARE Perú trabajamos para acompañar a las mujeres en su proceso de empoderamiento económico a nivel nacional. En este sentido, tendemos puentes y alianzas estratégicas con el sector público y privado, buscando contribuir a mejorar sus ingresos económicos, seguridad alimentaria y nutricional. Esto significa que miles de familias puedan incrementar sosteniblemente los ingresos económicos familiares especialmente de mujeres y jóvenes, tanto en sectores tradicionales como en sectores no tradicionales para su desarrollo profesional, emprendedor, etc.

Mujeres en extensión agrícola

En Perú, la agricultura es un sector asociado tradicionalmente a los hombres. Sin embargo, las mujeres representan casi el 50% de la mano de obra que trabaja en los cultivos, proveyendo de alimentos a las principales ciudades de nuestro país. En este sentido, las barreras que afrontan las mujeres agricultoras empiezan a manifestarse en su acceso a la titularidad de la tierra, acceso a capacitaciones o extensión técnica y acceso a financiamiento para invertir en sus negocios agropecuarios.

Desde el proyecto Ella Alimenta al Mundo, iniciativa de CARE Perú y PepsiCo, trabajamos para bajo un modelo integrado para el mejoramiento de la seguridad alimentaria y nutricional a través de seis áreas de cambio incluyendo empoderamiento de la mujer; incremento en los recursos productivos; incremento en las oportunidades de acceso a mercados; mejora de los índices de nutrición; mayor protección social y multiplicación de impacto. Este proyecto busca impactar de manera directa a 54,000 agricultoras y agricultores de las regiones de Lima, Ica y Piura.

En sentido, Brígida Arévalo, agricultora y criadora de cuyes en Pachacamac, Lima nos comenta que #TambiénEsDeMujeres “participar en la formación como promotora de competitividad agraria. Me ha ayudado a perder el miedo de aplicar mis conocimientos para manejar mi propia chacra y mi criadero de cuyes. Me siento acompañada por el equipo del proyecto Ella Alimenta al Mundo, y sobre todo, me siento acompañada por otras mujeres agricultoras que comparten sus técnicas y experiencias de vida.”

Mujeres emprendedoras y salud mental

Nayda Cayo es presidenta de la Asociación Mesa MiPyME Cayma que agrupa a emprendedoras y emprendedores en los rubros de gastronomía, manualidades, artesanías y textiles en la ciudad de Arequipa. Dentro de la organización se encuentran entre 25 y 30 socias y socios que participan de manera activa en las actividades, ferias y capacitaciones que ofrece la mesa.

Además, Nayda participa en diferentes actividades del proyecto Mujeres Resilientes, iniciativa de CARE Perú y el grupo Scotiabank, que tiene como objetivo contribuir al empoderamiento económico y educación financiera de 1,100 mujeres emprendedoras de las regiones de Arequipa, Lima y La Libertad. Desde su punto de vista Nayda destaca las capacitaciones recibidas sobre el manejo de redes sociales y el uso de servicios financieros como Plin y la cuenta Free.

Asimismo, nos comenta que fueron muy importantes los talleres sobre habilidades blandas y liderazgo, ya que la ayudaron a tener más confianza en sí misma y mejorar sus niveles de autoestima como mujeres liderando un negocio propio o familiar. Durante la pandemia, muchas emprendedoras como ella experimentaron altos niveles de desgaste emocional y físico por la difícil situación que afectó sus ingresos económicos. Nayda considera que las mujeres que lideran un negocio tienen sueños y metas, pero también sienten una gran presión cuando son jefas de hogar y, a la vez, el sostén económico principal de sus familias.

Junto a las mujeres que son parte de su asociación y las emprendedoras del proyecto, Nayda aprendió qué #TamiénEsDeMujeres formar un círculo de soporte y motivación entre ellas, porque son la prueba de que pueden salir adelante, identificando las barreras que las excluye del sistema financiero y del mercado. También nos comenta que el equilibrio mental es importante porque al ser lideresa y emprendedora, está en constante proceso creativo y ayuda mucho tener un soporte emocional en casa para que distribuir de manera más equitativa las responsabilidades de las tareas de cuidado familiar.

Acceso a financiamiento

El salto cualitativo de emprendedoras a empresarias es uno de los principales retos para reducir las brechas de género en el sector de negocios en Perú. De esta forma, el proyecto IGNITE, iniciativa ejecutada por CARE Perú y Mastercard, impactará en 36 mil microempresas en marcha y con potencial de crecimiento, haciendo especial énfasis en aquellos negocios liderados por mujeres. Además, se espera también alcanzar con el proyecto a otros segmentos de mujeres empresarias más emergentes.

Mery Salazar, empresaria y dueña de Artes Yanesha Amazónica en Ucayali, nos comparte 3 reflexiones importantes desde su experiencia como mujer liderando un negocio. Nos explica en 3 frases cortas que #TambiénEsDeMujeres:

• Acceder a financiamiento: “Conseguir un préstamo es bastante complicado para una mujer porque nos piden que cumplamos con muchos requisitos. Por ejemplo, una licencia comercial o poner su casa como garantía, incluso su propio negocio”.

• Desafiar los estereotipos de género. “Muchas veces los hombres no quieren que las mujeres trabajemos. Quieren que nos quedemos en casa cuidando a los niños y no permiten que las mujeres se destaquen o se ganen la vida de forma independiente. Las mujeres también merecemos tener la oportunidad de trabajar, salir adelante con nuestros negocios. A veces nos sentimos frustradas, pero a pesar de todo, hemos superado todos los obstáculos. Como mujeres, podemos hacer grandes cosas”.

• Tener una estrategia comercial: “La pandemia nos ha perjudicado mucho, especialmente a los del negocio de la artesanía. Tuvimos que reinventarnos, quedarnos en casa, vender nuestros productos a través de las redes sociales o hacer entregas a domicilio y así, ganar dinero para mantener a nuestra familia”.

Inclusión social y poblaciones vulnerables

Agentes comunitarias de salud: protagonistas en la prevención de la COVID-19

En el Perú existen más de 35,000 agentes comunitarios de salud (ACS); siendo el 65% mujeres líderes reconocidas por su comunidad que de manera voluntaria impulsan prácticas saludables en las familias peruanas y que, en el contexto de la pandemia, contribuyen en la primera línea de respuesta contra la COVID-19 como parte de la respuesta comunitaria. (Minsa).

El Ministerio de Salud destaca que, desde inicios de la pandemia, las y los ACS han sido parte de la respuesta comunitaria, en coordinación con el primer nivel de atención, en lo que corresponde a la identificación temprana y monitoreo de casos, a través del uso de pulsioxímetros, desarrollo de actividades para fortalecer las medidas de prevención; así como el apoyo en la convocatoria y orientación en las jornadas de vacunación.

Como es el caso de la señora Maruja Utrilla Castillo de la comunidad de Vichón en el distrito de San Pedro de Chaná en la región Áncash, ella es Agente Comunitario de Salud desde hace 14 años. Actualmente continúa su labor voluntaria para una respuesta a la pandemia por COVID 19 en el marco del proyecto FORS.

‘Cumplo mi labor como ACS dando charlas, consejería sobre la COVID-19, sobre salud mental, prevención de la violencia y desarrollo infantil. Con mi población me llevo siempre bien, me buscan para trabajar con ellos, me reciben en sus casas.’

Maruja Utrilla, quien es líder en su comunidad, es miembro del Comité Comunal de Vichón, ella junto al comité promueven charlas de prevención de la COVID-19. Los principales temas de los talleres que brinda son: cómo prevenir el virus y recomendaciones para el cuidado de la salud. Ella indica que en su comunidad las familias asisten a las charlas y ponen en práctica lo aprendido.

‘Muchas madres, familias no tenían ese conocimiento, cuando hemos llegado con el proyecto FORS, ha habido un aporte grande para fortalecer este tipo de recomendaciones para prevenir la COVID-19’’.

Maruja indica que en Vichón en su rol como ACS ha reforzado el lavado de manos, distanciamiento social, periodo de aislamiento para quien tiene COVID, o sospecha de tenerlo, síntomas del COVID y el uso de la mascarilla. Maruja destaca que el trabajo de ACS no lo realiza sola, trabaja en coordinación con el personal de salud de su jurisdicción, instituciones locales, regionales, comuneros locales, autoridades y ONG’s.

La líder de Salud Comunitaria del proyecto FORS, socióloga Jessica Guerra destaca que la participación voluntaria de las y los ACS en comunidad es clave para la promoción de comportamientos saludables y prevención de enfermedades. Actualmente, son cerca de 100 Agentes Comunitarios de salud de los 20 distritos de las regiones de Áncash, Huánuco y Lima que participan del proyecto FORS.

En ese sentido, Jessica Guerra señala que desde el proyecto se ha buscado contribuir al fortalecimiento de capacidades de este grupo de mujeres y hombres líderes que de manera voluntaria se han sumado a realizar acciones de vigilancia y respuesta frente a la COVID-19.

PROYECTO FORS

El proyecto FORS – Fortalecimiento de la Respuesta Sanitaria Local a través de la Movilización y Reactivación Social, alianza estratégica entre CARE y Antamina, nace con la finalidad de fortalecer las capacidades de respuesta frente a la COVID-19 desde las comunidades del área de intervención operativa de Antamina involucrando a actores locales estratégicos como establecimientos de salud, autoridades locales, comunidades y familias.

Gestión de riesgos de desastres y respuestas a emergencias

Agente comunitaria promueve el acceso a servicios de salud a mujeres refugiadas y migrantes

Entrevistamos a Aibana Fernández, Agente Comunitaria de Salud (ACS), de nacionalidad venezolana, quien se encuentra en su segundo año como ACS de Centro de Salud del distrito de Zorritos en Tumbes. Ella nos relató su experiencia logrando vincular a mujeres refugiadas y/o migrantes con los servicios de salud que brinda el Estado.  

Acceder a los servicios de protección, salud y salud mental es un derecho de todas las personas refugiadas y/o migrantes venezolanas. En ese sentido, el proyecto Alma Llanera de CARE Perú promociona el acceso a los servicios de salud y salud mental de personas refugiadas y migrantes, especialmente mujeres, gracias a la alianza con los Centros de Salud Mental Comunitarios (CSMC) y Centros de Salud. En el caso de la región Tumbes, se brindó asistencia técnica para que 40 Agentes Comunitarios de Salud (ACS) se encuentren acreditados de forma oficial por la Dirección Regional de Salud de Tumbes.   

Como parte del trabajo comunitario que se realiza, ¿cuáles son las principales necesidades de salud que tienen mujeres refugiadas y migrantes venezolanas en la región? 

Entre las principales necesidades identificadas se encuentran los servicios de planificación familiar que brindan los centros de salud.  Por ejemplo, en el distrito de Zorritos, la parte de ginecología es muy importante y a veces es necesario realizar un pago. Es así como muchas mujeres se encuentran en la necesidad de asistir a un médico privado y comprar medicamentos.  

Además, no todas las personas venezolanas cuentan con el SIS Gratuito y, usualmente, no se cuenta con el presupuesto para el pago de una consulta. Por ello, el acceso a la salud puede ser un poco complicado.  

¿Qué desafíos se presentan para lograr el acceso a los servicios de salud del Estado? 

Desde mis actividades como Agente Comunitario de Salud, un desafío es la dificultad para el acceso a la información. Por eso, lo primero que realizo es buscar información para después responder las preguntas que me realicen cuando visito las comunidades.  

Hay personas que se acercan a mí porque soy venezolana y sienten la confianza en preguntarme, no solo temas de salud, sino sobre trámites migratorios. Por ejemplo, alguien que recién entra al país puede ir al centro de salud y, más que todo, yo informo para que sepan lo que pueden hacer.  

Uno de los temas más consultados es sobre la regularización migratoria. En este aspecto, tenemos un rol de apoyo, ya que ayudamos a las personas a solicitar la cita porque no tienen un teléfono o computadora y no saben cómo realizar un trámite.  

Frente al contexto actual de la pandemia y la migración, ¿cuál es el rol del o la Agente Comunitario de Salud? 

Nuestro rol consiste en informar sobre las medidas de prevención y los lugares de los centros de vacunación. Si no se han vacunado, les indicamos a dónde tienen que ir.  

Todas las personas que somos ACS tenemos un grupo de WhatsApp junto al Centro de Salud, por aquel medio nos avisan cuando hay una jornada de vacunación. Además, nos indican si se van a realizar jornadas de prevención del papanicolaou y pruebas de descarte de VIH.  

Con respecto a las personas refugiadas o migrantes que ingresan al país, como mantenemos comunicación con otros/as ACS que se encuentran en la zona fronteriza, sabemos que se organizan para poder brindar alimentos y se conectan con las organizaciones que atienden situaciones en casos de vulnerabilidad.  

¿Por qué es importante que Centros de Salud, Centros de Salud Mental Comunitarios (CSMC) o Establecimientos de Salud realicen un trabajo comunitario dirigido a mujeres refugiadas y migrantes?  

Considero que es importante porque es difícil emigrar. Puede que una persona no tenga las mismas experiencias al llegar al país de destino. Es por ello que las organizaciones que acogen a las personas migrantes son importantes, debido a que orientan y apoyan para que se pueda acceder a los servicios del Estado, sobre todo, en el tema psicológico.  

Es importante que seamos portavoces de dicha información porque las personas van a tener conocimientos sobre lo que ofrecen los centros de salud, la defensoría del pueblo, el ministerio de justicia y otros. Es importante porque así sabemos que tenemos derechos a pesar de que no somos peruanos/as.  

 ¿Cuáles son las actividades dirigidas a mujeres que se realizan? 

Se realizan actividades como la prevención del papanicolaou y cáncer de útero, especialmente en días conmemorativos como el Día de la Mujer, en el que se pone a disposición todos los servicios de manera gratuita.  

Nuestro rol consiste en difundir y acompañar las actividades. Por ejemplo, nosotros difundimos la información por medio de las redes sociales, utilizamos grupos de WhatsApp y también las páginas de los centros de salud.  

En mi caso, comparto información sobre los servicios que se están ofreciendo en los grupos de personas venezolanas que viven en Zorritos. También me pueden contactar y les indico la información necesaria, a veces me comunico directamente con el centro de salud y me indican la hora a la que la persona debe acercarse al Centro de Salud.  

Finalmente, ¿consideras relevante que mujeres se involucren como ACS? 

Sí considero que es importante, somos más mujeres quiénes asumimos el rol de Agente Comunitario de Salud y nos comunicamos con las personas para orientarla. En mi caso, siento que soy parte de la comunidad y puedo brindar orientación para el beneficio que viven en el distrito de Zorritos-Tumbes. Tengo compañeras peruanas y venezolanas que son agentes y entre todas hacemos la convocatoria para que más personas puedan acceder a los servicios.  

 CARE Perú, a través del proyecto Alma Llanera, se continúa trabajando por la integración de todas las personas refugiadas y migrantes en situación de vulnerabilidad que se encuentran en el país. 

Cabe mencionar que desde el proyecto se brinda orientación y apoyo para el acceso a los servicios de salud mental, salud y regularización migratoria, puedes contactarnos a través de los siguientes:  

  • Lima Sur, Oeste y Centro: 955 032 854 
  • Lima Norte, Este y Callao: 955 033 318 
  • Piura: 965 644 636 
  • Tumbes: 946 341 547

De acuerdo con las cifras reportadas por el Programa Nacional Aurora del Ministerio de la Mujer, a lo largo del 2021 se atendieron más de 2 mil casos de violencia contra mujeres migrantes, de ellos 346 fueron de violencia sexual (14.2 %). Sin embargo, al revisar el número de casos atendidos esta cifra representa un número mínimo o no representa la real dimensión de la realidad de las mujeres migrantes. Esto sucede porque en muchos casos las autoridades han cuestionado a la denunciante revictimizándola o condicionado la denuncia a presentación de un documento de identidad, ignorando que un problema frecuente en las personas migrantes y refugiadas es la documentación irregular.

“En muchos casos, las mujeres migrantes y refugiadas víctimas de violencia tienen temor de denunciar porque piensan que su calidad migratoria irregular puede ocasionar una deportación”, explica la especialista en Protección del proyecto Fronteras Invisibles, Stefani Céspedes.

El no tener acceso a sus documentos de identidad impide que miles de mujeres migrantes y refugiadas ejerzan su derecho a la justicia y protección, y el acceso a servicios de salud mental, sexual y reproductiva, a trabajos dignos bien remunerados, entre otros.

A ello se suma el miedo al maltrato, desconfianza en los operadores de los servicios y la xenofobia; así como la falta de redes de soporte comunitario y familiar, escaso acceso a información sobre servicios y programas sociales, lo que las coloca en una situación de alto riesgo y afecta el ejercicio de sus derechos y el máximo desarrollo de su potencial.

Esta falta de atención a las necesidades específicas de las mujeres migrantes envía el mensaje equivocado de que en la práctica, en el día a día, la condición migratoria es un freno al ejercicio pleno de los derechos. Sin embargo, hay algo que se debe tener en claro: Los derechos humanos van más allá de las fronteras y ningún contexto de movilidad debe ser un limitante para que estos se garanticen. 

Por la complejidad de las diversas problemáticas a las que se enfrentan las mujeres migrantes y refugiadas en su diversidad urge implementar un enfoque interseccional y de género para fortalecer las estrategias de prevención, abordaje y atención de esta población en particular.

Conscientes de las necesidades no atendidas, los proyectos Fronteras Invisibles y Alma Llanera de CARE Perú promueven la mejora en el acceso a servicios de salud mental y protección, y en la generación de espacios seguros. Por ello, ponen a disposición sus números de atención para contribuir en la reducción de las brechas que enfrentan mujeres refugiadas y migrantes.

Líneas de orientación gratuita:

Fronteras Invisibles:

  • Si te sientes triste, con sentimientos de frustración, no puedes dormir o tienes preguntas sobre tu bienestar psicológico, contáctanos: (+51) 946 507 242
  • Si estás en una situación de peligro por violencia de género o trata de personas, contáctanos: (+51) 946 504 208
  • Si deseas recibir más información sobre el proyecto Fronteras Invisibles escríbenos a: [email protected] o regístrate en www.fronterasinvisibles.pe 

Alma Llanera:

  • Si necesitas atenciones médicas, orientación y apoyo para el acceso a los servicios de salud mental, salud y regularización migratoria; contáctanos:
    • Lima Sur, Oeste y Centro: 955 032 854
    • Lima Norte, Este y Callao: 955 033 318
    • Piura: 965 644 636
    • Tumbes: 946 341 547

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