Movilidad humana y crisis humanitaria en Perú
Desde CARE Perú buscamos promover una mayor integración de las personas y respeto a las diferencias, apostando por la tolerancia y dignidad.
Desde el año 2016, un significativo número de personas refugiadas y migrantes, en su mayoría mujeres y niñas, han ingresado al país debido a la crisis económica y social que comenzó en Venezuela. Hoy en día, más de un millón y medio se encuentran en Perú, por ello es importante garantizar el ejercicio de sus derechos como el acceso a los servicios de salud, salud mental, protección, educación y otros.
CARE Perú, a través de la gerencia de Gestión del riesgo de desastres y respuesta humanitaria, ha implementado por más de 4 años, diferentes proyectos con el fin de integrar y atender a personas migrantes en situación de vulnerabilidad. Cabe señalar que, durante la pandemia, la población refugiada y/o migrante venezolana fue una de las más afectadas, por esta razón, se entregaron bonos solidarios a través de los proyectos Cash-transfer de ayuda humanitaria, para cubrir las necesidades de alojamiento y alimentación.
En vista de la magnitud de la crisis humanitaria, se desarrolló un programa de movilidad humana en el cual se abordaron diferentes líneas de trabajo para atender las vulnerabilidades de una persona refugiada y migrante que se enfrenta a un proceso de migración forzada. Por ejemplo, los temas de regularización migratoria, violencia basada en género, salud, salud mental, seguridad alimentaria y medios de vida.
A lo largo de estos últimos años, se llevaron a cabo proyectos como la Prevención de trata de personas, Fronteras Invisibles y Libres de trata en temas de prevención de la violencia basada en género y trata de personas, debido a las situaciones de riesgo que se presentan durante el tránsito de las personas migrantes cuando ingresan al país. Finalmente, el proyecto Alma Llanera se encuentra en su quinto año de intervención, durante este tiempo se han brindado atención e información en temas de salud, salud mental, protección y medios de vida a más de 90 mil personas.
La importancia del trabajo articulado y la regularización migratoria
CARE Perú apuesta por una intervención que involucre el trabajo articulado junto a distintas instituciones, gobiernos locales y organizaciones que tienen un rol fundamental en el desarrollo de sus comunidades y ciudades.
El modelo de intervención de CARE Perú ha sido diseñado con un enfoque territorial para garantizar que los servicios y actividades desarrollados en el marco de los proyectos sean adoptados por los actores locales. Esto promueve la integración entre la comunidad de acogida y la venezolana. Además, se trabaja activamente en la sostenibilidad de la intervención y en la transferencia de capacidades para fortalecer la respuesta ante la crisis humanitaria.
Desde la gerencia, se gestionó una cartera de proyectos relacionados con la migración venezolana bajo el enfoque de un programa de movilidad humana. El proyecto Alma Llanera lideró esta iniciativa con el propósito de mejorar la autosuficiencia e integración de la comunidad venezolana vulnerable en Perú, mediante la ampliación del acceso a servicios esenciales como protección, salud, salud mental y medios de vida. En línea con el modelo de intervención de CARE Perú, se colaboró con organizaciones venezolanas, proporcionándoles capacitación en los mecanismos de participación de sus gobiernos locales, con el fin de promover la inclusión de las necesidades de la población migrante en la agenda pública.
También, se crearon espacios de concertación con representantes gubernamentales y de sociedad civil con el fin de atender los desafíos ante la demanda de servicios sociales y atención de casos de violencia basada en género (VBG), así como trata de personas. Frente a esta situación, la comunidad migrante es más vulnerable y se expone a situaciones de riesgo por razones económicas, culturales y de género.
Permanecer en un país con una situación migratoria irregular conlleva a que las personas refugiadas y migrantes sean más vulnerables. Por esta razón, la promoción de la regularización migratoria, a través de la orientación sobre los procesos y el pago de multas, constituye una línea de acción crucial para el proyecto. Esto posibilita que las personas mejoren sus condiciones de vida y accedan a los servicios ofrecidos por el Estado.
Salud mental comunitaria en la crisis humanitaria
La crisis migratoria significó un reto para los servicios de salud y salud mental que se ofrecen en el país, debido a que ingresaron miles de personas con necesidades de atención y apoyo psicosocial. Por ejemplo, la mayoría de la población refugiada y/o migrante atraviesa un proceso de duelo migratorio por haber abandonado su país y familiares. Sumado a ello, el contexto de pandemia por la COVID-19, así como la crisis social del país, acentuaron la afectación en la salud mental pues se agudizan sintomatologías de estrés, ansiedad y depresión.
En un estudio que realizó el Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la PUCP (2019) se identificó que, de 10 personas venezolanas, 8 afirmaron que ellas mismas o algún familiar habían experimentado sentimientos de tristeza por largos periodos de tiempo (83%) y/o que habían padecido estrés y preocupaciones constantes (77%). A pesar de los impactos a nivel de salud mental, la población migrante venezolana no suele acceder a los servicios públicos de salud y salud mental, pues muchos no cuentan con un seguro de salud que les ayude a cubrir los gastos de una atención (ENPOVE, 2022).
Ante este contexto, desde el proyecto Alma Llanera, se desarrolló una propuesta integral para fortalecer las capacidades del sector salud a través de una capacitación en la técnica en Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) y formación de facilitadores que puedan capacitar a actores sociales de la comunidad en dicha herramienta. Junto a la Dirección de Salud Mental (DSAME) y la Escuela Nacional de Salud Pública del Perú (ENSAP), el proyecto implementó un curso dirigido al personal de los establecimientos de salud y Centros de Salud Mental Comunitaria (CSMC) para que utilicen esta técnica como una herramienta de respuesta frente a situaciones de emergencia y crisis.
Además, el personal de salud recibió una capacitación para que puedan ser facilitadores y formar en la técnica de Primeros Auxilios Psicológicos a actores sociales de la comunidad como Agentes Comunitarios de Salud (ACS) o líderes de organizaciones sociales a fin de que puedan brindar una primera respuesta de contención emocional a miembros de su comunidad. Para ello, se realizaron talleres de réplica en los CSMC de las cuatro regiones de intervención del proyecto en Tumbes, Piura, La Libertad, Lima y Callao. Al término de este proceso, se logró que 131 profesionales estén capacitados como facilitadores de primeros auxilios psicológicos, y que estos capaciten a más de 1000 actores sociales en Primeros Auxilios psicológicos.
Finalmente, la falta de seguridad alimentaria, necesidad de alojamiento e inestabilidad laboral de las personas migrantes tienen como consecuencia que no puedan atenderse en los servicios de salud, ya que involucra un gasto que no pueden cubrir. Ante aquel escenario, el proyecto Alma Llanera otorgó más de 9500 vales de salud para cubrir atenciones de servicios como nutrición, pediatría, oftalmología, odontología y otros.
Integración de la comunidad venezolana para el crecimiento económico del Perú
La población migrante venezolana que se encuentra en el país impacta positivamente en el crecimiento de la economía. Por ello, es relevante fortalecer sus capacidades y promover su inserción socioeconómica.
Desde el Proyecto Alma Llanera, el programa Actívate y Emprende, logró alcanzar a más de 16 mil personas con información en temas de educación financiera y marketing digital que les permita potenciar sus ideas de negocio o emprendimientos. Por medio de comunidades en Facebook y WhatsApp, se difundieron materiales gráficos, videos y podcasts lúdicos sobre cómo elaborar un presupuesto y estrategias en redes sociales. Además, las personas tuvieron la oportunidad de participar en sesiones informativas para resolver sus dudas y concursos para poner en práctica sus conocimientos.
Los programas Conquista tus metas y Despega tus sueños de Alma Llanera consistieron en brindar capacitaciones a personas con emprendimientos con el fin de que obtengan herramientas para incrementar sus ingresos, así como capacitaciones técnicas en oficios del sector belleza y cuidado personal, así como repostería. Gracias a estos dos programas se lograron beneficiar 2882 personas con emprendimientos o ideas de negocio.
En la siguiente fase del proyecto Alma Llanera, uno de los principales desafíos será promover la inclusión financiera para que las personas refugiadas y migrantes puedan mejor su integración socioeconómica al Perú.
Avances y desafíos al 2023
Desde el 2018, ¿Qué aprendizaje se ha tenido, en el desarrollo e implementación de proyectos dirigidos a brindar asistencia humanitaria a personas migrantes y refugiadas?
A lo largo de 5 estos años, hemos aprendido que atender una crisis humanitaria, dentro de un contexto de movilidad humana y de pandemia, debe focalizarse en brindar una orientación práctica de asistencia integral a las personas que se encuentran en un proceso de migración forzada, que salvaguarde su vida y dignidad, pero también considerar que las necesidades van modificándose con el tiempo, la edad y el sexo.
Existen diversos factores y situaciones que agudizan la vulnerabilidad de una persona refugiada y/o migrante. Por ejemplo, el desconocimiento sobre el marco legal para optar por un estatus de migrante/refugiado regular que le permita acceder a servicios de protección, identificación temprana de mafias de trata de personas, violencia basada en género, abuso laboral, u otras para evadirlas; falta de acceso a servicios básicos como son los de salud, incluida la salud mental, y educación así como limitadas oportunidades para la generación de ingresos, entre otros.
En ese sentido, si el objetivo es mitigar o reducir la vulnerabilidad de las personas, es necesario tener un abordaje integral para promover procesos de inserción “decente”, libres de estereotipos, al país.
¿Por qué desde la gerencia de Gestión del riesgo de desastres y respuesta humanitaria se pensó en abordar la crisis migratoria a través de un programa de movilidad humana?
Como señalé anteriormente, la hoja de ruta para abordar una crisis humanitaria necesariamente incluye brindar una atención integral y a la vez diversa para mitigar la vulnerabilidad de las personas.
El diseño de un programa especializado en temas de movilidad humana nos ha permitido articular, complementar y adaptar servicios y actividades preventivo-promocionales que distintas organizaciones y sectores públicos implementan a través de diferentes proyectos. Todos ellos con el propósito de promover una mayor integración de las personas y respeto a las diferencias, apostando por la tolerancia y dignidad.
Desde el programa de movilidad humana hemos implementado proyectos de información sobre el acceso a servicios básicos, derechos humanos, seguridad alimentaria, regularización migratoria, prevención y control de trata de personas, atención a víctimas de violencia de género, acceso a servicios de salud y salud mental y generación de ingresos, principalmente.
Tras la implementación de estos proyectos hemos logrado a alcanzar a más de 120 mil personas refugiadas y migrantes con al menos algún servicio pertinente.
¿Qué estrategias considera que han sido fundamentales para la promoción del acceso a los servicios de protección, salud y salud mental de personas refugiadas y migrantes?
En la implementación de sus proyectos, CARE Perú tiene como ejes: fomentar la gobernabilidad, la resiliencia y transversalizar el enfoque de género, los que nos demanda contemplar un enfoque territorial.
En tal sentido, una de las principales estrategias ha sido vincularse con los gobiernos locales y regionales, y los operadores de servicios de protección y salud de las comunidades de intervención a través de capacitaciones, asistencia técnica y equipamiento para que entiendan mejor las necesidades “del otro” y por ello extiendan su capacidad operativa para incluirlos con empatía.
Esto nos ha permitido fortalecer la respuesta del Estado ante la crisis humanitaria en las regiones en donde existe demanda por parte de la comunidad de acogida y venezolana. Incorporar un enfoque territorial en nuestra intervención permite que las acciones que realicemos en los diversos proyectos sean sostenibles, debido a que se transfieren capacidades y además se ha logrado sensibilizar a los operadores de servicios para así contribuir a promover la erradicación de prejuicios y estereotipos.
Del 2023 en adelante, ¿cuáles son los desafíos que CARE Perú tiene que atender para promover la integración social de personas refugiadas y migrantes en el país?
Existen dos desafíos que resultan fundamentales para continuar promoviendo la integración socioeconómica de personas refugiadas y migrantes en el país. El primero, es continuar promoviendo la regularización migratoria como requisito fundamental para un ejercicio pleno de derechos.
Cabe señalar, que es necesario aprovechar la actual ventana de oportunidad otorgada por la Ley N° 31732, ley que otorga amnistía de multa a las personas extranjeras y recordar que la última fecha para acogerse a dicha amnistía es el 28 de octubre.
El otro desafío pendiente es promover la inclusión financiera. Ello permitirá que las personas puedan acceder a diferentes productos financieros y relacionarse, a través del sistema, con clientes, proveedores y/o socios.
Finalmente, estamos convencidos en la necesidad de seguir promoviendo alianzas entre la academia, el Estado y la sociedad civil para diseñar y desarrollar soluciones innovadoras y eficientes frente a la problemática que viven muchas personas venezolanas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad.