Cambio climático en el Perú

Perú es uno de los países más ricos en biodiversidad, desde las majestuosas montañas y glaciares andinos, hasta la Amazonía peruana. Nuestro país tiene un contraste de ecosistemas y riquezas naturales incomparables; sin embargo, esta abundancia no necesariamente se refleja en prosperidad para sus habitantes, quienes enfrentan una amenaza cada vez más grande: el cambio climático. Según Tyndall Centre for Climate Change Research, somos el tercer país más vulnerable al cambio climático: hemos perdido el 51% de nuestros glaciares desde el 2020 (ANA), se ha incrementado el nivel de ecosistemas degradados en 14,4% (CEPLAN), y gran parte de la población vive en zonas con alto estrés hídrico, lo que significa que la demanda de agua supera la cantidad disponible. De hecho, nos encontramos entre los tres países con mayor estrés hídrico en América Latina (BID).  

Este panorama de cambio nos coloca en una situación alarmante, comprometiendo nuestros medios, estilo y calidad de vida. Asimismo, afecta diversas áreas de nuestra vida diaria, como nuestro desarrollo y crecimiento económico, salud, seguridad alimentaria, acceso a agua, educación, migración, entre otros.

Estos impactos se agravan en aquellas poblaciones más vulnerables, quienes, debido a factores sociales, económicos, geográficos y de género, experimentan una mayor desigualdad ante las amenazas climáticas. ¿Esto significa que todo está perdido? Afortunadamente, nuestras comunidades pueden desarrollar y fortalecer su resiliencia climática, la cual se refiere a nuestra capacidad para adaptarnos y recuperarnos de los desafíos que nos presentan los cambios globales.   

Por tanto, es crucial fortalecer esta resiliencia, especialmente en las poblaciones que más lo necesitan, entre ellas las niñas y mujeres, para que puedan hacer frente a estos retos y conseguir la justicia climática.

En CARE Perú, desde la gerencia de Cambio climático, Amazonía y recursos hídricos, buscamos mejorar la capacidad de resiliencia de las poblaciones vulnerables y sus entornos socioeconómicos y ambientales, promoviendo una sostenibilidad inclusiva en las áreas marino-costeras, la Amazonía y los Andes; tres zonas altamente vulnerables a la crisis climática. Dentro de los proyectos de la gerencia se encuentran proyectos activos como El Agua Nos Une, WASH Fase 2, y en fase de preparación IKI- Paisajes Amazónicos Vivos y Ella Cultiva el Futuro. 

Trabajamos para que los grupos más vulnerables no solo puedan adaptarse a las crisis, gestionar los riesgos crecientes y abordar las causas subyacentes de su vulnerabilidad, sino también, para que sean parte de las soluciones, desde su liderazgo y capacidades fortalecidas. A través de nuestras intervenciones, reconocemos y visibilizamos su compromiso por conservar el ambiente.  

Conoce a continuación las poblaciones con las que trabajamos, y su participación dentro de nuestros proyectos. 

Liderazgo femenino en acción

Las mujeres son pilares fundamentales en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, su participación en la gestión ambiental enfrenta barreras y desigualdades, especialmente en la administración de recursos y en los procesos de toma de decisiones. Eso no solo restringe su capacidad de influir en estrategias ambientales cruciales, sino que también repercute directamente en sus vidas y en las de sus comunidades. 

En CARE Perú, las mujeres están en el núcleo de nuestras iniciativas. Por medio de nuestros proyectos, ellas fortalecen su liderazgo y sus conocimientos técnicos y prácticos, generando beneficios tangibles en su entorno. Para lograr esto, primero se diseñan herramientas de diagnóstico que responden a sus necesidades y prioridades, de la cual se obtiene información que ayuda a diseñar herramientas y estrategias de implementación que aseguren el desarrollo de intervenciones adecuadas y efectivas. 

En este sentido, el proyecto El Agua Nos Une, dentro de su misión por mejorar la gestión de los recursos hídricos en la cuenca del río Rímac, y como parte de sus actividades claves, desarrolló el “Diagnóstico de género en la cuenta alta del río Rímac”. Este estudio revela la situación de participación de las mujeres en la gestión del agua y la toma de decisiones en las comunidades que interactúan en esa zona. El estudio significa un paso importante para la inclusión del enfoque de género en las iniciativas de gestión de agua dentro del proyecto y a nivel interinstitucional.

Además, el proyecto El Agua Nos Une trabaja para potenciar los liderazgos en espacios comunitarios, que se refleja en iniciativas como el programa de “Comedores Sostenibles”. En dicho programa se realizarán sesiones de capacitación a mujeres que forman parte de comedores populares y se buscará promover la gestión responsable de los recursos en su organización, familias y comunidades. Su liderazgo en estos espacios fortalecerá la cohesión social y empoderará a más mujeres, creando una red de apoyo y colaboración, que es esencial para enfrentar los desafíos ambientales y sociales de manera conjunta.

Por otro lado, desde el proyecto Ella Cultiva el Futuro, que iniciará en la segunda mitad del año 2024, también se abordará el fortalecimiento de capacidades, ahora enfocado en lideresas indígenas. A través del proyecto, estas mujeres se encargarán de identificar y liderar la implementación de estrategias y soluciones para contribuir a la adaptación de sus comunidades al cambio climático. Para lograrlo, se aplicarán soluciones basadas en la naturaleza, técnicas de agroecología y otras prácticas sostenibles. 

Niñas, niños y juventudes 

Las niñas, niños y las personas jóvenes están demostrando ser agentes de cambio dinámicos y efectivos. Su energía y creatividad son esenciales para implementar soluciones innovadoras y adaptarse a los desafíos que presenta el cambio climático. 

Por eso, desde los proyectos de la gerencia, incentivamos a las nuevas generaciones a ser voceros del cuidado de los recursos dentro de sus comunidades y a seguir fortaleciendo sus conocimientos a través de la educación ambiental. Somos conscientes de que, al empoderar a estas nuevas generaciones, estamos construyendo una sociedad más resiliente y consciente, donde cada miembro de la comunidad entiende y actúa sobre la importancia de proteger nuestro planeta. 

Esto se ve reflejado en el programa de “Promotores Ambientales Escolares” del proyecto El Agua Nos Une, donde se trabajó en el 2023 con 8 colegios de la zona de la cuenca alta del río Rímac en la formación de alumnos de inicial, primaria y secundaria como voceros de sus respectivas instituciones educativas en la promoción de temas ambientales. Durante el año, aquellos estudiantes lideraron diversas actividades de promoción, entre ellas, pasacalles y teatros dirigidos a toda la comunidad. Además, participaron en campañas de recolección de residuos sólidos en la cuenca del río, próximo a su localidad. Estas actividades fueron posibles gracias al apoyo de las instituciones y sus docentes, con quienes se trabajó de la mano para el diseño y elaboración de los contenidos educativos.

Asimismo, mediante el proyecto El Agua Nos Une se brinda asistencia especializado a jóvenes de carreras técnicas agropecuarias, sobre tecnologías de producción de especies arbustivas y forestales, que complementan su formación profesional. De esa manera, se valoran los saberes locales de las comunidades de donde provienen sobre: el uso e importancia de la vegetación local nativa para la reforestación y la conservación de suelos y aguas de la parte media y alta de la cuenca. Este esfuerzo es de gran relevancia, ya que ayuda a revertir los efectos del cambio climático, mejorar los niveles de biodiversidad y calidad del suelo, reducir la erosión, retener el agua de lluvia contribuyendo a la recarga de acuíferos, y mejorar la calidad del aire, además de brindarnos beneficios económicos directos. 

Con estos conocimientos, tanto las y los estudiantes escolares como los técnicos refuerzan su compromiso como guardianes del agua y de sus ecosistemas naturales en las comunidades, fortaleciendo la resiliencia general de su entorno.

Emprendedores comprometidos con la sostenibilidad  

El cambio climático genera potenciales impactos en el desarrollo de negocios y emprendimientos, afectando el crecimiento económico de muchas personas. Por eso, es crucial que las y los emprendedores puedan comprometerse a la reducción de sus impactos ambientales, principalmente, el reducir la huella hídrica en su cadena de producción. 

En ese sentido, el proyecto El Agua Nos Une lanzó en 2023 el programa “Emprende Verde”, una iniciativa diseñada para integrar la sostenibilidad ambiental en los negocios. Este programa se enfoca en proporcionar las herramientas y los conocimientos necesarios para que los negocios puedan operar de manera más ecológica, con un énfasis particular en la reducción de la huella hídrica. 

A través de “Emprende Verde”, alrededor de 170 participantes de las zonas del Callao, San Juan de Lurigancho y Matucana, recibieron capacitación en prácticas sostenibles, desde el uso eficiente del agua hasta la implementación de tecnologías limpias en sus procesos productivos. Además, el programa ofreció asesoría personalizada para que cada emprendedor(a) pudiera desarrollar un plan de acción específico que se ajustara a las necesidades y realidades de su negocio. Al final, concluyó con un concurso y premiación a los mejores planes de negocio, entregándose capitales semillas a diversos emprendimientos para implementar estas prácticas de sostenibilidad.

El éxito del programa “Emprende Verde” subraya la importancia de continuar fomentando la sostenibilidad en el ámbito empresarial. A medida que los efectos del cambio climático se hacen más evidentes, es esencial que cada vez más emprendedores se unan a esta causa. Al reducir sus impactos ambientales, los negocios no solo contribuyen a un futuro más sostenible, sino que también aseguran su viabilidad y resiliencia a largo plazo.

Esto también se refleja en la intención de las y los emprendedores de contar con el Certificado Azul, un reconocimiento que otorga la Autoridad Nacional del Agua a las empresas que gestionan eficientemente el agua en su cadena de producción. Hasta la fecha, este ha sido otorgado principalmente a empresas grandes. Sin embargo, a partir de los talleres organizados por el proyecto, diversos gremios y asociaciones de emprendedores han manifestado su interés en que el certificado se expanda a su sector, adaptando los requisitos para que también puedan acceder a él. Esta manifestación demuestra un fuerte compromiso por mejorar sus prácticas ambientales. 

Pueblos indígenas y comunidades

Desde CARE Perú, nuestros proyectos están diseñados para reforzar la resiliencia de las familias y pueblos indígenas, en un primer momento, asegurando que estas comunidades alejadas cuenten con los recursos que necesitan para su desarrollo familiar y comunal. Esto se ve implementado en proyectos como WASH Fase 2, iniciativa que brinda acceso a agua potable para familias de pequeños productores en condición rural dispersa en la región de San Martín, a través de la implementación de sistemas no convencionales de acceso a agua.  

En la Fase I y II del proyecto, se ha logrado que 10 familias tengan acceso a agua potable con un sistema de captación de agua de lluvia y filtros potabilizadores, eliminando su dependencia de fuentes irregulares y de baja calidad. De esta forma, la intervención ha mejorado la accesibilidad al agua, ha reducido el riesgo y el tiempo de acarreo del agua y ha disminuido el riesgo de enfermedades transmitidas por agua no tratada.

Se reconoce el valor indiscutible de los pueblos indígenas y las comunidades en los territorios priorizados como guardianes indispensables de los ecosistemas andino-amazónicos. Sus conocimientos ancestrales, prácticas sostenibles y su compromiso con la protección de sus territorios los vuelve actores clave para la conservación y la resiliencia de estos ecosistemas vitales.  

Por ello, desde nuestras intervenciones, buscamos contribuir al fortalecimiento de las capacidades institucionales de sus organizaciones mediante la mejora de la gobernanza local, la promoción de medios de vida sostenibles y la facilitación del intercambio de conocimientos. Esto logrará que las comunidades puedan conservar los ecosistemas y mejorar su calidad de vida. 

Esta visión se encuentra presente en el proyecto IKI- Paisajes Amazónicos Vivos, que tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida de 200 comunidades indígenas y fortalecer la conservación de aproximadamente 5 millones de hectáreas de bosque amazónico. Para lograr esto, el proyecto promoverá el fortalecimiento de las cadenas de valor de productos no maderables y la agrobiodiversidad de los bosques amazónicos, lo que contribuirá a mejorar los ingresos de las comunidades indígenas y reducir la deforestación. 

En este sentido, con la implementación del proyecto, se espera trabajar colaborativamente en la gestión y conservación de los territorios y la biodiversidad de la zona. Asimismo, buscamos mejorar las capacidades de adaptación y, en consecuencia, aumentar la resiliencia de los indígenas residentes en reservas comunales.

De esa manera, reconoceremos y fortaleceremos el papel de los pueblos indígenas y las comunidades en la conservación de los ecosistemas andino-amazónicos, esencial para la gestión ambiental y la justicia social. Al mejorar su resiliencia y capacidades mediante proyectos específicos, estas comunidades protegerán los ecosistemas y liderarán hacia un futuro sostenible y equitativo.

Alianza y cooperación interinstitucional  

En un contexto de cambios ambientales globales, reconocemos que el camino hacia la justicia climática se fortalece mediante la generación de alianzas estratégicas. Estos esfuerzos coordinados nos permiten aprovechar las capacidades y recursos de cada parte involucrada, ampliando el impacto de las intervenciones para fortalecer la resiliencia de las poblaciones más vulnerables. 

Desde CARE Perú, nuestro compromiso con la formación de alianzas incluye un abanico de socios como las instituciones estatales, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones de poblaciones indígenas y campesinas, academia, cooperación internacional y el sector privado. 

En la colaboración con el Estado, trabajamos estrechamente con diversas entidades, desde ministerios, municipalidades locales y gobiernos regionales. A través de nuestras iniciativas buscamos generar políticas públicas que beneficien a las poblaciones, los ecosistemas y sus servicios ecosistémicos. Esto se evidencia en el trabajo con socios como la Autoridad Nacional del Agua, en el proyecto El Agua Nos Une, y con SERNANP, como aliado en el proyecto IKI Paisajes Amazónicos Vivos. 

Asimismo, parte de nuestras iniciativas incluye el intercambio de conocimientos, fortaleciendo las capacidades técnicas de funcionarios, y tomadores de decisiones. Esto está presente en el proyecto El Agua Nos Une, donde se capacita a especialistas municipales para invertir y tomar mejores decisiones en la conservación de las fuentes de agua y la gestión integrada de los recursos hídricos. 

Además, en el proyecto Ella Cultiva el Futuro se trabajará con funcionarios y servidores públicos en equidad de género y justicia social y climática, para fortalecer sus capacidades y generar información que puedan usarse para la toma de decisiones y desarrollo de instrumentos de gestión en beneficio de la población.

Por otro lado, la capacitación y el fortalecimiento institucional de las organizaciones indígenas y campesinas son fundamentales en nuestra estrategia. A través de proyectos como Ella Cultiva el Futuro capacitaremos a estas organizaciones para mejorar su gobernanza y liderazgo, además, promoveremos su resiliencia económica con prácticas sostenibles, asegurando la sostenibilidad y replicabilidad de nuestras intervenciones. Para lograrlo, lo haremos mediante programas de formación a medida, asistencia técnica y provisión de recursos. 

Asegurar la justicia climática y construir poblaciones resilientes es un esfuerzo colaborativo. Por eso, en CARE Perú, a través de la Gerencia de Cambio climático, Amazonía y recursos hídricos, fomentamos la colaboración, fortalecemos capacidades y defendemos la justicia social para crear comunidades resilientes capaces de prosperar frente a la adversidad climática.

Recordemos que todas y todos contribuimos a la construcción y fortalecimiento de la resiliencia climática en nuestras comunidades. Reflexionemos sobre nuestras acciones diarias y el impacto que pueden tener. Mediante la colaboración, podemos crear un futuro más sostenible y equitativo, donde la resiliencia, la igualdad de género y la justicia climática sean los pilares fundamentales.  

¡Tomemos este compromiso como un llamado a la acción y a la conciencia colectiva! 

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