Por Diana Orellana – Jefa de proyecto “El Agua Nos Une”
El Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2050 (PEDN Perú 2050) establece una visión integral para el futuro del país, enfocándose en los siguientes objetivos: el desarrollo de personas, la competitividad e innovación, la promoción de la democracia y la paz, y el territorio sostenible. Teniendo en cuenta el último objetivo, el agua dulce, un recurso esencial y finito, se encuentra amenazado en cuanto a su calidad, cantidad y disponibilidad. Por ende, abordar esta problemática no solo es una necesidad apremiante, sino también un imperativo para alcanzar los objetivos del PEDN. Para lograrlo, será fundamental la participación activa de todos los niveles de gobierno, la sociedad civil, los gremios, la academia y el sector privado.
Actualmente, existen políticas y normativas vinculadas a la gestión de recursos que promueven la participación del sector privado. Un ejemplo destacado es la «Normativa de Fomento de la Medición Voluntaria de la Huella Hídrica» establecida por la Autoridad Nacional del Agua (ANA), vigente desde 2015. Esta política pública está diseñada específicamente vincular del sector privado en la gestión responsable de los recursos hídricos. Dentro de este marco normativo, nace el Certificado Azul como un reconocimiento que la ANA otorga a aquellas empresas hídricamente responsables que participan en el «Programa Huella Hídrica», identificando y comprometiendo a empresas líderes interesadas en reducir sus impactos y riesgos relacionados con el agua.
Esta iniciativa ha marcado un hito al convertirse en referente a nivel internacional, en países como Chile (2019), Paraguay (2021), Uruguay (2021) y Panamá (2022) que han adoptado programas similares. Sin embargo, cerca de cumplirse una década de vigencia de la norma en el Perú, es importante evaluar su efectividad e impacto para identificar las limitaciones y barreras en su aplicación. De esta forma, se proponen mejoras significativas como la creación de incentivos atractivos para empresas de diversos sectores económicos, así como la necesidad de involucrar a otros organismos gubernamentales, como el Ministerio de la Producción, Ministerio de Economía y Finanzas, para fortalecer el “Programa Huella Hídrica”.
En este sentido, proyectos como «El Agua Nos Une», financiado por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación COSUDE, e implementado por CARE Perú y Sabavida, adquieren una importancia vital. Este proyecto busca mejorar la gestión eficiente del agua a través de fortalecer la implementación de políticas públicas, y fomentar alianzas multiactor que involucren a la sociedad civil y al sector privado en la preservación del agua. Este proyecto promueve la gestión corporativa del agua, trabajando en conjunto con la ANA desde el 2023, a través del fortalecimiento de su “Programa de Huella Hídrica”.
En definitiva, solo a través de un esfuerzo conjunto podremos contribuir a la seguridad hídrica del país, y de esta manera garantizar el alcance de nuestros objetivos al 2050. El uso eficiente del agua no solo es una responsabilidad compartida, sino también una oportunidad para garantizar la seguridad hídrica, el desarrollo sostenible y el bienestar de las futuras generaciones