El proyecto “Nosotras Sembramos Futuro” parte del programa internacional Ella Siembra el Futuro, ha comenzado sus escuelas de campo en las comunidades de Ayacucho y Huancavelica, con el objetivo de fortalecer la capacidad de las comunidades para adaptarse al cambio climático, a partir del reconocimiento y fortalecimiento de sus saberes y prácticas desde su ciencia y tecnología ancestral. Durante julio y agosto, se llevó a cabo el primer módulo, en el que se abordó el cambio climático desde una perspectiva integral, conectando los derechos colectivos de los pueblos indígenas y los derechos de la Pachamama.
Cada taller, que duró dos días por comunidad, inició con una ofrenda a la Pachamama, actividad que conecta a las comunidades con la Madre Naturaleza. Las y los participantes reflexionaron sobre su identidad cultural y la importancia de sus derechos colectivos. Así mismo, se fortalecieron los conocimientos sobre el cambio climático y el calentamiento global, profundizando en sus causas y los efectos que sufren las comunidades. Se destacó la injusticia climática que afecta a los pueblos indígenas, quienes sufren los mayores impactos de esta crisis climática.
A través de dinámicas grupales, se identificaron los impactos diferenciados del cambio climático, destacando cómo las mujeres, hombres y jóvenes lo experimentan de manera distinta. También se discutieron las diferencias entre adaptación y mitigación, reconociendo el valor de sus propios conocimientos y ciencias ancestrales para hacer frente a los impactos del cambio climático.
Para el desarrollo de las escuelas de campo, se consideró una metodología que priorizó la pertinencia cultural y el fortalecimiento de la autoidentificación indígena. Además, se creó un espacio de cuidado para niños y niñas, con actividades educativas adaptadas a sus edades sobre el cambio climático, lo garantiza una mayor participación de las mujeres.
Próximos pasos
El proyecto se prepara el segundo módulo de las escuelas de campo, que se realizará durante agosto y septiembre, continuando con la participación activade mujeres, hombres y juventudes de las comunidades. Esta nueva etapa fortalecerá las organizaciones comunitarias, promoverá la nutrición con alimentos nativos y la recuperar el valor espiritual de la Madre Tierra.