A través del modelo “Nutricash” de entrega de transferencias monetarias no condicionadas y capacitación nutricional, miles de personas migrantes fueron beneficiadas.
El martes 11 de julio se realizó el evento de clausura y rendición de cuentas de la IV fase del proyecto “La alimentación no tiene límites” implementado por CARE Perú en consorcio con World Vision y financiamiento por USAID-BHA. Juan José Galindo, jefe del proyecto, informó que al finalizar el proyecto se ha beneficiado a 3 075 personas, quienes recibieron transferencias monetarias no condicionadas, con el propósito de mejorar la situación alimentaria y nutricional de personas en situación de vulnerabilidad de nacionalidad venezolana y peruana, en las regiones de Tumbes, Piura, Lima y Callao.
“Hemos podido mejorar nuestras intervenciones y pasar de las transferencias monetarias o cash transfer a un modelo de mejora de calidad alimentaria, a través del fortalecimiento de los procesos de manipulación de alimentos y de propuestas nutricionales, para lo cual los equipos del proyecto han venido acompañando día a día a la población más necesitada; no solamente con una mirada de ayuda humanitaria, sino con una mirada de desarrollo., sostuvo Marilú Martens, directora nacional de CARE Perú, durante su participación en el evento.
Por su parte, Jhorella García, especialista en nutrición del proyecto manifestó que, esta cuarta y última fase del proyecto, que empezó en noviembre de 2022 y termina en julio de 2023, aparte de contar con una línea de acción de ayuda humanitaria como son las entregas de trasferencia monetaria, también incorporó líneas de acción de desarrollo, como el acompañamiento nutricional con pertinencia cultural con el fin de dejar capacidades instaladas en la población participante del proyecto, priorizando a hogares vulnerables con gestantes, niños y niñas entre 0 a 35 meses y mujeres en periodo de lactancia.
Además, la especialista en nutrición acotó que, producto del fortalecimiento de capacidades en temas como la compra estratégica de alimentos, planificación alimentaria, alimentación saludable y sostenible entre otros, se logró también un cambio en las prácticas de alimentación en el hogar. Se logró evidenciar que la mayoría de los participantes pudieron mejorar la calidad de la dieta, incorporando grupos de alimentos necesarios en su ingesta diaria para una alimentación saludable, pasando de un 81% inicial a un 87% al finalizar el proyecto, lo que a la mayoría de los participantes los ubica en un parámetro aceptable correspondiente a los indicadores de seguridad alimentaria del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas. Asimismo, manifiesta que es necesario seguir involucrando la participación de actores sociales como los agentes comunitarios de salud para la transferencia de la experiencia, sostenibilidad y mejora continua.
Esta presentación se realizó en alianza con el Instituto de Analítica Social e Inteligencia Estratégica (PULSO PUCP) en el Auditorio de la Facultad de Derecho de dicha casa de estudios, con la participación de José Manuel Magallanes, director de PULSO PUCP y Sandra Arbaiza, Gerente de Proyectos Complementarios de World Vision Perú.
Finalmente, en la conducción de la mesa técnica participaron Lucy Harman, gerente del Programa de Gestión del riesgo de desastres y respuesta humanitaria de CARE Perú; y como participantes: Julie Mariaca, Nutricionista de la Dirección de Promoción de la Salud del MINSA; María Elena Ugaz, Oficial de Nutrición y Desarrollo Infantil Temprano de UNICEF y Brenda Reyna Díaz, Especialista en temas de género y migración de PULSO PUCP.